La crisis derivada de la pandemia ha traído consigo cifras históricas en los indicadores económicos de nuestro país. Una buena manera de comprobar la situación en la que nos encontramos actualmente es analizar las cifras de la deuda total de España, que engloba la deuda de los hogares (ciudadanos particulares), la pública y la de las empresas no financieras.
Según el Banco de España, la deuda total de nuestro país se sitúa por encima de los 3 billones de euros por primera vez en su historia. Si hablamos de porcentajes en relación al PIB, la deuda total de todos los sectores se encuentra casi al 270% del mismo, con la Administración Pública como mayor deudor dentro de los distintos sectores que componen la deuda total, con un 122% del PIB. La deuda de las empresas se aumenta hasta casi 57.000 millones y la de las Administraciones Públicas llega a los 165.000 millones. Solo en los hogares se ha reducido la deuda este último año.
Si bien en la anterior crisis las empresas no financieras optaron por rebajar las plantillas, en esta mayoritariamente han querido retener a sus trabajadores aún sabiendo que su deuda aumentaría. Se partió de la base que la crisis sería menos duradera de lo que finalmente está siendo. El aumento de los gastos unido a la reducción de los ingresos ha degenerado en el crecimiento de la deuda de estas empresas, situándolo en 948.130 millones de euros, 56.700 millones más que antes de la crisis del coronavirus. Así, lo que deben se corresponde con el 84,9% del PIB.
Por su parte la bajada interanual de la deuda de las familias se debe tanto al descenso de los préstamos hipotecarios, como a la caída de los créditos al consumo, todo ello debido a la prolongada incertidumbre provocada por la pandemia que ha frenado gastos y/o endeudamiento en los hogares.
Y la previsión es que la deuda total continúe creciendo. En términos absolutos este año se espera un déficit público del 7% y en términos relativos dependerá del crecimiento de la economía española en este año. Si el PIB sufre una activa recuperación, aunque la deuda en euros de las empresas, administraciones públicas y hogares aumente, el crecimiento económico podría reducir el ratio de deuda sobre el PIB.
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